A RAS DEL SUELO: RIMBAUD



ARTHUR RIMBAUD
Enid Starkie
Traducción de José López Muñoz
Madrid: Siruela, 1989


Todo aquel que inicia la ardua tarea de alcanzar a Rimbaud en el más allá de su poesía, debiera pasar una temporada leyendo la obra biográfica que hizo Enid Starkie sobre este poeta. Arthur Rimbaud es un estudio completo del llamado “Niño Shakespeare”. Starkie nunca fue una improvisada en la investigación sobre los poetas malditos. Su pasión por estos hijos de la fatalidad, le llevó a publicar primeramente en 1933 una biografía sobre Charles Baudelaire. Posteriormente en 1953 publicó una de André Guide. Y en la medianía de estas dos publicaciones, apareció  en 1947 la que ahora nos ocupa.
Desde la primera frase del libro, la autora nos advierte que en el recorrido indagador sobre la vida del poeta, no es posible avanzar sin tropezar con ciertos enigmas que han quedado como piedras en el camino. Quitarlas no ocurrirá ni con la imaginación ni con la intuición. Se necesita de algo más que lo puramente artístico o intelectual para hacerlo. Starkie divide su trabajo en tres partes. A manera de matrioskas, en cada división surge una interrogante capital que esconde otra. La primera de las búsquedas es develar de manera metafórica el busto infantil del poeta en Charleville: ¿Cuál fue el verdadero rostro o figura  de Rimbaud en esa etapa de su vida? Y dentro de ésta, ¿cómo pudo escribir Le Bateau Ivre sin haber conocido el mar?  Enid, recogiendo una pesquisa Freudiana, explica desde la infancia del poeta, el origen del carácter irrascible que éste tuvo siempre. Nos expone a manera de relato, el trasfondo de la época que marcará su personalidad: las convenciones literarias y sociales del momento, las amistades en la adolescencia, la seducción de éstas sobre él y viceversa,  los escritores que lo influyeron y el porqué buscó la inspiración en ellos y no en otros. La autora consigue así iluminar uno de los sótanos de la crítica rimbaudiana.

          La segunda parte del libro nos confronta con un dilema: ¿Rimbaud escribió primero Una Temporada en el infierno o fueron Las Iluminaciones su ópera prima? Enseguida surge el misterio: ¿Dónde quedó La chasse spirituelle?, pues según el testimonio de Paul Verlaine quien leyó la obra, ésta era mejor que las dos anteriores. La  autora afronta, con base a nuevos documentos originales e inéditos sobre Rimbaud que aparecieron por esos años, el reto de contradecir a otros críticos respetables que asumen que Una Temporada en el infierno fue el adiós del poeta a la literatura, porque esta aseveración resultaba de forma artística, más atractiva que cualquier otra. Con la llegada a París de Rimbaud a casa de los Verlaine, inicia esta parte del libro. El poeta buscando ingresar al selecto grupo de los escritores parisienses para obtener cierto reconocimiento. Pero a lo largo de estas páginas nos enteramos de sus tribulaciones a causa del carácter hosco que ya lo señalaba. No soportó la indiferencia a su trabajo poético: “¡Yo! ¡Yo, que me dije mago o ángel, dispensado de toda moral, he sido devuelto al suelo, con un deber por encontrar y con la rugosa realidad por abrazar”.
Respecto a las fugas que tuvo hacia Inglaterra y Bélgica en compañía de Paul Verlaine, en el libro se nos cuenta también que éstas resultaron terribles para ambos. Es en uno de estos deslices cuando se da el famoso Drama de Bruselas. Verlaine es arrestado por haberle disparado a  Rimbaud. A su salida de la cárcel, dos años después, ocurre un último encuentro en Alemania. Repiten la discusión y todo termina en una ruptura definitiva entre los amantes.



Por último, en la tercera parte se aborda uno de los rompecabezas más recurrentes en la vida literaria: ¿Por qué abandonó Rimbaud a la poesía? ¿Por qué lo hizo a la edad en la que otros comienzan? Es aquí donde la biografía de Starkie adquiere forma de narrativa policíaca pues ha recogido evidencias, materiales probatorios, indicios, minucias que intentan esclarecer la muerte literaria del poeta. Starkie va detrás de las huellas que nos dejó Rimbaud  a su huida de Europa. Nos enteramos entonces de los diversos “oficios” que el poeta desempeñó en África: exportador de café, traficante de armas, explorador de Abisinia, traficante de esclavos. El recorrido topográfico finaliza donde todo comenzó: en Francia, y con un Rimbaud mutilado y dormido a pierna suelta para toda la eternidad.
Enid Starkie fue una prestigiosa dama de la crítica literaria. Especialista sobre todo en literatura francesa. Las universidades de Oxford y Berkeley atestiguaron su paso como docente. El perfil excéntrico que comúnmente la caracterizaba,  fue lo que quizás la impulsó a interesarse por los vates decadentes. Se consagró en cuerpo y alma a este libro sobre la vida de Arthur Rimbaud. Por lo tanto, esta biografía no sólo es recomendable para los lectores de poesía, sino también para todo aquel que se sienta un caminante inalcanzable, un peatón incansable, un viajero inagotable. En definitiva, es un estudio apasionante y cartográfico sobre la senda Rimbaudiana. Pero quien termina el recorrido con Starkie se encontrará con un nuevo poeta en el camino, y por qué no, a dos pasos o a dos siglos menos, con un alma gemela.

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